El cambio climático es real. Por desgracia, los efectos del cambio climático son cada día más evidentes. Uno de los efectos de los que menos se habla es la posible extinción de algunos de nuestros alimentos favoritos.
Desde el aguacate hasta el chocolate, hay muchos alimentos queridos que pronto podrían desaparecer para siempre. Veamos por qué y qué podemos hacer para evitarlo.
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¿Por qué están en peligro nuestros alimentos favoritos?
La respuesta es sencilla: el calentamiento de las temperaturas, el cambio de los patrones climáticos y otros problemas medioambientales causados por las actividades humanas están dificultando cada vez más el cultivo de determinadas cosechas.
Por ejemplo, la producción de café lleva años disminuyendo debido a los cambios de temperatura, las condiciones de sequía y el aumento de plagas y enfermedades por el clima más cálido. Los aguacates, los cocos, las almendras, las aceitunas y los cítricos también han sufrido un descenso de la producción debido a problemas medioambientales similares.
¿Qué podemos hacer?
La buena noticia es que podemos tomar medidas para preservar estos alimentos tan apreciados. Como individuos, podemos hacer pequeños cambios, como comer alimentos cultivados localmente o comprar en mercados de agricultores en lugar de supermercados cuando sea posible.
También podemos apoyar a organizaciones que trabajan en favor de prácticas agrícolas sostenibles, como The Climate Institute o The Nature Conservancy, que se centran en preservar la tierra para uso agrícola mediante prácticas sostenibles de gestión de la tierra.
Por último, debemos apoyar leyes que promuevan prácticas agrícolas responsables, como la agricultura ecológica o la agricultura regenerativa, que hace hincapié en la retención de carbono y la salud del suelo por encima de los beneficios a corto plazo de los fertilizantes químicos o los pesticidas.
Conclusión
Es difícil imaginar un mundo sin nuestros aperitivos y golosinas favoritos, pero por desgracia esto podría convertirse en realidad si no tomamos medidas significativas para proteger nuestras fuentes de alimentos ahora, antes de que sea demasiado tarde.
La buena noticia es que hay medidas concretas que podemos tomar tanto individual como colectivamente para garantizar la conservación de estos alimentos tan queridos ahora y en las generaciones futuras. Así que ¡manos a la obra!